¿Quién soy?
Te voy a ser honesto: No tengo centenares de miles de seguidores. Tampoco tengo aplicaciones que vaya a venderte.
No llevo años como profesional ni tengo todavía decenas de casos de éxito pero te aseguro algo:
Te voy a ayudar.
Ayudo a personas con ganas de cambiar a mejorar su físico y su salud a través de un entrenamiento minimalista y de unos mejores hábitos alimenticios de forma sencilla.
Tan seguro estoy de mí mismo.
¿Y sabes porqué estoy tan seguro? PORQUE FUNCIONA. Así de simple.
Ahora deja que te cuente algo sobre mi historia y lo que me ha llevado hasta aquí...
¿Alguna vez has sentido que no tienes futuro en tu trabajo? ¿Que no eres feliz o que estás desperdiciando tu vida?... De aquí para allá, sin oficio ni beneficio. Estás deseando dar un cambio radical a tu vida y cada día la idea te ronda la cabeza con más fuerza...
Pues por todo eso pasé yo cuando me llegó la crisis de los 40 a los 39 años y decidí que o intentaba arriesgar y ser feliz trabajando de algo que me gustara o podía vagar por la vida como otro triste ser humano que odia su trabajo (un trabajo que ni siquiera está asegurado hoy en día...).
Jefes tiranos, compañeros que no son dignos de llamarse así, etc. Recuerdo que en uno de mis últimos trabajos no había ni uno solo de los trabajadores que fuera feliz, siempre quejándose y con caras largas... Aunque yo intentaba tomármelo con filosofía, era tan infeliz como los demás.
No fue hasta que llegó la pandemia que no me tomé realmente en serio el entrenamiento y la salud. Llevaba unos años descuidándome, aliviando mi crisis existencial con mucho alcohol, y aunque hacía ejercicio en casa, las calorías que ingería eran demasiadas, y ocurrió lo que jamás pensé que ocurriría: me salió barriga.
Sí, lo sé. No es una tragedia. Pero era señal de algo más profundo.
Entonces decidí empezar a quererme y tomar las riendas de mi vida. Acudí a un nutricionista y entrenador personal y aprendí lo que es la recomposición corporal, y lo que importan las calorías (y comer sano) a la hora de perder o ganar peso.
Aprendí lo importante que es tener a alguien al lado que te marque unas pautas a seguir, que te motive. Y, por supuesto, aprendí la importancia de tener a alguien que te mire mientras haces un ejercicio para corregir tu técnica y que no te acabes haciendo daño, porque puedes ver muchos tutoriales en internet, pero no puedes desdoblarte en el gimnasio para ver desde afuera cómo lo estás haciendo (puedes tener un espejo delante, pero no siempre a los lados).
Finalmente tuve una epifanía: a mí me encanta ir al gimnasio y comprobar cómo puedo modificar mi cuerpo a través de la alimentación y el ejercicio. ¿Porqué no trabajar como entrenador personal? ¿Porqué no estudiar nutrición?
Llevo levantando pesas desde que mi padre me regaló un par de mancuernas a los 13 años. Me apunté a mi primer gimnasio con 17 años. Por aquel entonces aprendía dejándome aconsejar por cualquiera y leyendo revistas de culturismo llenas de atletas que te venden la idea de que para obtener esos cuerpos gigantescos tan solo basta con la dieta y un suplemento de aminoácidos ramificados (ejem, ejem... Qué inocente era entonces...)
Pero volviendo a esa maravillosa revelación que tuve, ¿porqué no ayudar a otros a ahorrarse todos los años de ensayo y error por los que tuve que pasar yo? ¿Porqué no enseñar unas pautas de alimentación que no sólo se cimenten en comer en base a ganancia muscular sino en unos hábitos saludables a corto y largo plazo? Con 25 años puedes comer y no engordar, como era mi caso. Pero no funciona así para todo el mundo. ¡Ni siquiera ya funciona así para mí!
Y aquí estoy yo ahora, ayudando a los demás a llevar una vida más saludable y, por tanto, a reducir sus probabilidades de padecer un cáncer, una diabetes tipo 2, o una fragilidad ósea.
Y ayudándoles también a quererse más a sí mismos. Mucha gente no es consciente del cambio que puede producir en ti una mayor energía y vitalidad y una bonita apariencia física:
Mayores niveles de confianza, seguridad y serotonina te ayudarán a ser un poco más feliz.
Todo ésto lo vas a conseguir a través de un método basado en dos factores:
1) Una dieta flexible, que te genere adherencia a largo plazo. Olvídate de dietas súper estrictas que pueden conseguir su objetivo a corto plazo pero que generan tanto estrés mental que se abandonan y provocan un efecto rebote. Tardarás un poco más, pero los resultados serán duraderos porque no lo verás como una dieta, sino como hábitos saludables que hayas adquirido con los que te podrás permitir caprichos de vez en cuando.
2) Un entrenamiento minimalista, con el que no pases demasiado tiempo en el gimnasio, con pocos ejercicios y sin miles de series.
Eso sí, el compromiso y la constancia son factores imprescindibles para que la ecuación dé el resultado correcto. No estoy aquí para decirte lo fácil que va a ser todo, sino para decirte que lo puedes conseguir si te lo propones.
Me llamo David, aunque algunos me conocen como Fit David.